La inflación ha llevado a los consumidores estadounidenses a cambiar sus hábitos de compra, optando por marcas propias y tiendas de descuento para combatir los altos precios. Esto ha llevado a una disminución en los aumentos de precios de alimentos y bienes de consumo, lo que podría ayudar a enfriar la inflación general. Los consumidores están reaccionando de manera similar a Stuart Dryden, quien ha optado por marcas más baratas y ha tomado medidas para ahorrar dinero.
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